Los ingredientes de la sopa de la violencia

Este lunes estuve en el evento organizado por varias artistas y curadoras de arte o comisarias artísticas, que tenía como trasfondo la lucha contra la violencia de género. De alguna forma colaboré un poquito en la organización del evento, pero yo fui allí más que nada a aprender. La artista Paloma Ayala, junto a Adriana Domínguez (del espacio artístico itinerante, que comparte junto a Elena Rosauro, La Cápsula) quisieron hacer un evento en el que se conjugara el arte y la reivindicación feminista. El arte, que durante tantos siglos nos ha estado vedado a las mujeres.

El evento se había anunciado abierto para mujeres y hombres, pero allí sólo éramos mujeres, con la excepción de un marido que acompañaba a su pareja. Como si la violencia de género no fuera con vosotros, joder. No sé de qué me sorprendo. Que éramos mujeres en ese momento, pues mira, nos sirvió para crear un espacio seguro. La mayor parte éramos hispanoparlantes, aún así una parte la hicimos en alemán.

El salón de Stall6 para este evento, del ciclo de Analog Sessions, tras la decoración, lo mostramos así:

Cuando ya estábamos todas las mujeres sentadas en torno a la gran mesa, lo primero que hicimos fue una tormenta de ideas sobre las palabras en varios idiomas que tenían que ver con la violencia doméstica y de género: poder, patriarcado, cultura de la violación, posesión, etc.

DSC02961Fotografía de Maya Kumagawa

Y llegadas a este punto comenzamos a escuchar a Maia Ehrsam de la institución BIF, de la que os daré dirección y más datos abajo. Mientras escuchábamos sus palabras y planteábamos preguntas, íbamos cortando la verdura para nuestra sopa.

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Fotografía de Maya Kumagawa

Cortábamos la cebolla. Una mujer es asesinada por su pareja o ex-pareja en Suiza cada dos semanas. Troceábamos el apio. Una mujer entre cuatro sufrirá al menos una vez a lo largo de su vida maltrato en el espacio europeo. Partíamos la zanahoria en minúsculos trocitos. Hasta 2004 violar a la mujer dentro del matrimonio no era considerado delito. Cortábamos la col lombarda. En 2016 la policía registró 17.685 casos de violencia doméstica (esos son sólo los que se denuncian). Añadíamos trocitos desmenuzados de coliflor. Tres de cada cuatro mujeres tratadas en Ginecología o Maternidad en Zúrich han sufrido al menos una vez en su vida violencia psicológica o control, según un estudio en Triemlispital. Un 43% además violencia física y amenazas a su vida, y una cada ocho violencia sexual por parte de su pareja o un familiar. 

¿Pero qué tiene de feminista que repitamos las mismas acciones que hacemos a diario como lo es cocinar?, ¿acaso no nos ocupamos diariamente de cocinar?, ¿acaso no estamos reivindicando las mujeres un papel distinto al de las labores del hogar?, ¿ qué sé yo de la historia del feminismo?, ¿por qué una sopa?

Adriana nos explicó que desde la prehistoria, los alimentos eran utilizados para extraer sus pigmentos y poder pintar con ellos. Nos hizo un repaso de la historia del arte, con imágenes de la Antigua Roma y de otras épocas en el que los alimentos aparecía retratados, como en La Última Cena. Y llegamos a los bodegones de frutas, verduras y flores: símbolo de esa fugacidad de la vida. Y por fin al papel de la mujer: durante siglos la mujer sólo era un ser virginal y puro (de ahí la cantidad de Vírgenes o Madonnas que hay retratadas) o un ser cosificado, objeto de deseo, de placer, musa, como objeto pasivo, como naturalezas muertas.

Y en 1932, Filippo Tommasso Marinetti, creador del futurismo, preparó un evento sobre la Cucina Futurista, siendo un acto radical artístico. Tenemos también las sopas Campbell de Andy Warhol en la memoria.

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Foto de este blog.

En 1970 en plena segunda ola del feminismo, luchando por nuestros derechos reproductivos y sexuales, y manifestando que «Lo personal es político», las mujeres querían subvertir el arte, poner en evidencia el rol que se nos había asignado.

Martha Rosler hizo esta performance en una cocina en 1975, con objetos cotidianos, usados de otra forma. Y también conocimos algo más de las fotografías de Cindy Sherman.

Llegamos al turno de Linda Nochlin, y a su ensayo: ¿por qué no ha habido grandes mujeres artistas?. Y nos presentó esta foto, la de la mujer, es de finales del siglo XIX, y desnuda una mujer para vender manzanas. ¿No resulta ridículo si lo cambiamos por la figura de un hombre que nos vende sus bananas?

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Ya en 1979, nos encontramos con Judy Chicago y su Dinner Party. Una mesa triangular con manteles y platos en los que se dibujaban dentro vaginas representando a 39 mujeres famosas. Recordad que estábamos en una época de lucha por nuestros derechos reproductivos y nuestra sexualidad.

También en 1979, Suzanne Lacy y Linda Pruess crearon la International Dinner Party, una cena que tuvo lugar el mismo día de forma masiva en distintas partes del mundo. Suzanne y Linda enviaron invitaciones por carta a grupos feministas de todo el mundo, y ese día en el Museo de San Francisco esperaban a recibir telegramas de todas localizaciones.

Apropiarnos del acto de la comida, de lo que significa la hospitalidad, del plano del arte y el estatus asignado a la mujer, fue en aquel entonces un acto revolucionario. Y este lunes se quiso homenajear en dicha charla, la de los Ingredientes de la Sopa de la Violencia Doméstica.

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Fotografía de Maya Kumagawa

Y ahora que hemos aprendido un poquito más sobre feminismo y arte, vamos a algo un poquito más denso y más amargo. La violencia de género.

Si sufres violencia en Suiza, en número de la policía que tienes que marcar es el 117. Si tienes muchas dudas, miedo, no te atreves a llamar a la policía, acude al BIF Frauenberatung en Zúrich, que es un centro de consultas e información para mujeres contra la violencia en el matrimonio y la pareja. El número es el 044.278.99.99.

Si estás en Winterthur, puedes llamar al 052.213.61.61, al Frauennottelefon. Si sufres de violencia sexual, también puedes acudir al Frauenberatung de Zürich o llamar al 044.291.46.46.

Muchísimas más localizaciones y otros centros de consultas, como Infodona, FIZ, Casas de mujeres, etc los puedes encontrar en este documento. También podéis llamar al Teléfono de la Esperanza (os he recomendado muchas veces su asesoramiento, son voluntarias y voluntarios formados por psicólogos, terapeutas, abogadas, trabajadoras sociales, etc) en el 043.817.65.65. No estás sola, nosotras somos la manada. Yo te creo.

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Gracias Paloma, Adriana, Elena y Maia. Sin vosotras esta entrada hubiera sido imposible. Os debo tanto.

 

 

9 comentarios sobre “Los ingredientes de la sopa de la violencia

  1. Gracias por el fantástico resumen y por colaborar en la organización y traducción de parte del evento! Me queda claro el tema «sopa» y, aunque tiene todo el sentido, sigo pensando que este tipo de actividades son para súper activistas feministas de amplia trayectoria xD y pueden asustar un poco a quienes se empiezan a interesar por estos temas y se quieren implicar… pero no tienen la base para interpretar este tipo de acciones.

    El caso es que el evento fue interesantísimo y que nos quedó claro a todas que Suiza tiene mucho, pero mucho que hacer a nivel feminismo, concienciación social, lucha contra la VdG… Esperemos que en los próximos años el clamor popular que está despertando en Europa contagie a la Confederación y se pongan las pilas! O se las pongamos nosotras 🙂

    Un abrazo y gracias por tu dedicación, esfuerzo e implicación.

    1. Nadie tiene porque asustarse por acudir al evento. Hay que ir con la mente abierta y dispuestas a aprender. En todo momento nos estamos deconstruyendo y librándonos de prejuicios… Yo tampoco tenía ninguna idea hasta que Adriana lo explicó detalladamente.

      Y sí, tenemos que movernos con las actividades que ya existen en Suiza, aunque no sepamos bien el idioma. Vamos, a hacer bulto. Juntas, podemos hacer más.
      Un abrazo!

  2. Esto suena mucho más ameno e interesante que las jornadas de la mujer a las que fuimos en la uni, te acuerdas? Menudo tostón! Enhorabuena por la parte que te toca, a un evento así sí que me animaría a ir sin que tuvieran que sobornarme con un puñado de créditos…

  3. Hay que aprovechar el cierto tirón mediático (visibilidad) que tiene últimamente la lucha contra la violencia de género, para promover iniciativas como éstas. Y si son más amenas que tostones, pues mucho mejor.
    Gracias por meterte en todos los «fregaos» importantes, Yolanda.

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