Zurich es gris, si miras hacia el cielo, las nubes son grises. De un gris plateado subyugante. Cuando una fina llovizna cae de esas nubes, el aire huele a mojado y el olor a castañas asadas es apenas imperceptible. Las calles son grises, las aceras son grises…es por ello quizás que los arquitectos añadieron color a sus edificios: tonos tierra, salmones, malvas, morados, amarillentos.

Zurich es gris porque se acerca el invierno y poco a poco sus árboles se van desnudando, y ese panorama es triste. Pero para alcanzar esa desnudez los árboles se han transformado en bellas estampas: con hojas de colores rojizos, cobres, amarillos, anaranjados…haciendo olvidar que en agosto su color fue de un verde oscuro.

Zurich es gris en noviembre, por ello los escaparates de las tiendas en todos los barrios se llenan de abetos de navidad, guirnaldas, luces, paquetes de regalos…también las calles..iluminaciones y neones de colores…