Escapada a Olbia

Esta Semana Santa mi intención era quedarme en Suiza. Quería hacer muchas excursiones, tachar de mi lista de pendientes, algunos de los muchos rincones que me faltan aún por ver en estas tierras. Pero vi las previsiones meteorológicas, me deprimí, y maromo buscó alternativas dónde brillara el sol. El destino más barato con sol en todos los buscadores de vuelos a fecha lunes 30 de marzo, era desde Basilea, con Easyjet a Olbia. Y así fue como escapé a este destino de ensueño.

Este blog me ayudó a la la hora de preparar mi viaje, además de consultar las recomendaciones de esta web.

Con lo que yo no contaba es que las previsiones meteorológicas fueran a equivocarse tanto. Daban mínimas de 12 grados, sol y nubes, y máximas de 17 a 20 grados. Pero nos encontramos lluvia, rachas de viento huracanado, muchas nubes, poco sol, máximas de 15 grados. Es decir, la huida al sol no salió como planeábamos. Aún así este viaje fue como una toma de contacto para futuras escapadas en verano o principios de otoño. No me doy por vencida tan pronto.

Volamos el sábado 4 desde Basilea con Easyjet y cuando llegamos a Olbia, cogimos un coche de alquiler.

A mí me sorprendieron en primer lugar dos cosas: lo verde que estaba todo y lo mal que conducen los sardos. Y esto último no es un cliché. A lo largo de todo el viaje he podido comprobar cómo invaden el carril contrario, adelantando en línea continua o doble continua) pese a las curvas del camino. Hay carreteras en muy buen estado perfectamente asfaltadas, y otras plagadas de socavones. Y las que son de tierra ceden como es normal en las inundaciones.

Nuestro primer deseo fue el de dirigirnos al sur, a Porto San Paolo.

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Desde allí se puede ver la isla Tavolara que es un parque protegido. El punto más alto de la roca mide 565 metros sobre el nivel del mar. Las aguas son de color turquesa y las playas de miniaturas de conchas, caracolas, piedras, arena y rocas.

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Fue el único lugar dónde pudimos bañarnos en sus frescas aguas y tomar el sol.

Comimos en un restaurante que había en primera línea de playa, Il Portolano. Los precios me parecieron altos, pero era lo único que había abierto en el pueblo (eran las 14h, y los restaurantes suelen cerrar a las 14:30h). Es bastante sorprendente, pero Semana Santa no parecía ser temporada alta, ya que había infinidad de restaurantes cerrados y muy poca oferta turística.

Pedimos vino blanco, agua y pasta con pescado y la cuenta ascendió a 46€ ( aunque sé que en Suiza hubiera costado más …).

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De ahí nos marchamos a Porto Istana, una playa de arena blanquísima y aguas transparentes. El viento ya estaba haciendo de las suyas, llenando el cielo de nubes y haciendo bajar la temperatura drásticamente.

OLYMPUS DIGITAL CAMERAPorto Istana

Nos dirigimos a nuestro apartamento, pero no había nadie en recepción (el check-out es de 9 a 10h30 y el check-in de 16 a 22h y ninguno de los días que estuvimos alojados hubo allí nadie para atendernos). Al menos estaban las llaves colgadas en un sobre y pudimos alojarnos. La casa no estaba mal (equipada con cocina), si exceptuamos que hacía un frío dentro de ella, que nada más entrar me transportó a la casa de mis padres en Alicante (que siempre está helada en invierno, a no ser que te pongas al lado de la chimenea o de una estufa).

El hecho de que no hubiera nadie en recepción resultaba doblemente decepcionante: por un lado soy la típica turista pesada que habla con los autóctonos sobre todo (pregunto mucho, deformación profesional), por el otro en Booking decían que tenía WiFi en las zonas comunes (no había ninguna zona común «abierta»). Y claro pagar 15 CHF por 1MB por el roaming no entraba en mis planes.

Hicimos la compra en el centro comercial Auchan de Olbia, para poder tener algo que desayunar y cenar.

Paseamos por la zona de la casa en Murte María, con el viento, entre mimosas, esparragueras, humedales. Y por la noche llegó la tormenta.

OLYMPUS DIGITAL CAMERALa playa que hay delante de la Residencia Bunte

La mañana del domingo vimos que no paraba de diluviar, así que descartamos la idea de hacer senderismo (no llevábamos ropa impermeable) y la de ir a ver playas, y decidimos hacer turismo en Olbia.

Aparcar no fue un problema, apenas había turistas. Vimos restos de la muralla púnica. En la ciudad también puedes encontrar restos del acueducto romano o de las viviendas de los cartaginenses, aunque no en muy buen estado.

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Visitamos en Museo Arqueológico Nacional. La entrada es gratuita, y como llovía tanto, nos pareció una muy buena idea. Hay piezas sardas, griegas, romanas, fenicias, restos de naufragios en el puerto de Olbia.

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Las calles de esta ciudad portuaria estaban desiertas.

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El bar Spencer y la plaza del mercado.

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Detalles de los balcones

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Vimos edificios del siglo XIX como la Biblioteca municipal y el Ayuntamiento.OLYMPUS DIGITAL CAMERA  OLYMPUS DIGITAL CAMERA

Fuimos a comer a la Pizzería il Veliero. Pedimos una combinación de 7 antipasti, por 25€ (ensalada de apio y pescado, sardinas escabechadas, anguila, caracolas, mejillones a la marinera, sepia en su salsa).

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Paseamos por la calle Corso Umberto I y entramos en una heladería-cafetería, porque no dejaba de llover.

OLYMPUS DIGITAL CAMERASalimos a pasear y conseguimos ver la Iglesia de San Paolo, que tiene una bonita cúpula multicolor (que me recordó tanto a las de mi tierra).

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El viento soplaba con mucha fuerza pero ya no llovía. Decidimos ir al norte, a cazar playas en nuestra memoria, a fotografiarlas, a recorrerlas, a ser los únicos que dejaban sus huellas en paraísos salvajes.

Estuvimos en el Golfo de Arancini. Bajamos a la playa Bianca, pero no pudimos hacer todo el trayecto en coche, porque la lluvia parecía haberse llevado la mitad del camino de arena. Está al lado de Punta Pedrosa.

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Desde allí fuimos a Porto Rotondo y Punta Volpe. Es el lugar dónde suele alojarse la jetset. Abajo hay dos vistas de la playa, la que daba al lado este y al oeste.

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Llegamos hasta Cannigione y seguimos por la carretera de la costa hasta Palau. Allí vimos el ferry que te lleva a la Isla de la Maddalena. El precio de ir con un coche, dos personas y regresar en un mismo día hubiera costado 33€.  Tomamos un té en una cafetería para entrar en calor.

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Fuimos a casa pasando por Arzachena, por la cantidad de curvas, necesitamos una hora desde Palau hasta Murte Maria.

Regresando a casa vimos que existía un centro deportivo, que disponía de termas, llamado Geovillage.

El lunes fuimos hacia el sur. Se había levantado soleado el día, con viento y bajas temperaturas. Paramos en el cabo Coda Cavallo.

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Fuimos al Stagno di Santo Teodoro, a disfrutar de la playa de La Cinta.

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Es bastante larga, unos 3km. Detrás está la marisma, que es muy rica en fauna. Puedes hacer senderismo, ver las diferentes aves, etc.

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Se trata de un lugar de ensueño para los amantes de los deportes como el Kitesurf, Windsurf, etc.

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En el parque en verano puedes pasear a caballo, montar en una pequeña barca para ver las salinas, etc.

Fuimos a  la playa de Agrustos y a Budoni. Después continuamos por la carretera que pasa por el pueblo La Posada, que está encaramado en una colina.

Llegamos a La Caletta dónde comimos en una cafetería. Yo pedí calamares y gambas con verduras a la parrilla,  y maromo un risotto con marisco. Con aguas, por 38 €. No había más de 5 cafeterías o freidurías abiertas en todo el pueblo, y las que estaban, se llenaban de turistas ávidos de pescado o pizzas. Tuvimos que esperar un buen rato a ser atendidos y a nuestros platos.

OLYMPUS DIGITAL CAMERAFoto de un cormorán en La Caletta

Desde allí bajamos a Santa Lucia. Abundan las mimosas y las retamas.

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Llegamos al cabo de Comino Rosso. Es una zona de dunas. Detrás de la playa hay eucaliptos.

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Y de nuevo fuimos a Olbia por la autovía. Quisimos subir al Castillo de Pedres para ver el atardecer desde allí, pero la única carretera de acceso estaba cortada porque el asfalto se rompió con las inundaciones de la semana anterior.

El martes era el día que nuestras mini-vacaciones llegaban a su fin.

Paseamos por la playa Le Saline, en la que además permiten el acceso a los perros.

OLYMPUS DIGITAL CAMERALuego fuimos a Olbia y al centro comercial. Vimos dónde estaban los cines (otro plan alternativo para días de diluvio) y comimos pizza en otra cafetería. Paseamos por el puerto y por la Via Resistenza. Vimos que hubiera sido mejor comer en uno de aquellos bares de Pepes (o Filiberti) cuyo olor a calamares daba por mediocre cualquier otro plato caro.

Y como colofón, las calles y sus graffitis:

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6 comentarios sobre “Escapada a Olbia

  1. Precioso!!! Pero también te recomiendo el sur de la isla para vuestra siguiente escapada. Nosotros estuvimos en Cagliari el pasado octubre (20-25º y playa) y es de esos sitios que, cuando llegas allí, piensas «¿Por qué no habré venido antes?»

    1. Sí, con lo que se alarga el verano ahora es mejor viajar en octubre. Nosotros repetiremos, no sé si este año o más adelante, pero por supuesto que iremos al sur!!
      Ahora a aprovechar los días primaverales de Suiza. Besos

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