Escapada a Salamanca

La ciudad me ha dejado un poco tocada. No sé si es por el momento personal que estoy atravesando o porque sencillamente es espectacular. Colores, olores, sensaciones de aire frío y sol…y ganas de regresar.

Siempre busco blogs sobre viajes, leo reportajes sobre la ciudad o la zona, me estudio la web de turismo antes de cada viaje… Pero en esta ocasión estaba muy ocupada y no pude ver nada. Sólo almacenaba en mi memoria las lecturas de mi infancia y las clases de Historia del Arte de COU. Teníamos la suerte de contar con unos anfitriones excepcionales que nos iban a enseñar la ciudad, ¿para qué buscar información previamente?

El vuelo a Madrid sin incidencias y un tren desde Chamartín a Salamanca en el que me congelaba por el aire acondicionado se llevaron buena parte del viernes. Aún así mi amiga y yo pudimos comenzar a recorrer las empedradas calles de Salamanca. Arrastramos nuestras maletas, oyendo el traqueteo de las ruedas y llegamos a la Plaza Mayor.

De camino no pude evitar pararme en una de las zapaterías de la calle Azafranal y ver expuestos en el escaparate los zapatos y sandalias de piel que mi padre fabrica en Elche. Me llenó de orgullo y no os preocupéis: no voy a hacer ningún anuncio comercial!

En la Plaza mayor nos encontramos con la Feria del Libro, y muchísima gente paseando y por fin nuestros amigos. Comenzamos a recorrer la tarde salamantina con su luz de atardecer.

Cuando el hambre apretaba nos fuimos a cenar a Vinodiario, la vinoteca. Está en la Calle León Felipe. Yo no soy de vinos, soy de cerveza, pero los vinos que puedes degustar aquí hicieron que no me arrepintiera de no haber elegido una cebada (aunque también tenían cerezas artesanales). Tienes tostas, tapas, riquísima cecina, setas, etc.

Noche fresca de luces fantasmagóricas.

Salamanca necesita más de un día para poder disfrutarla. A nosotras se nos quedaron tantas cosas en el tintero. El sábado se pasó en un suspiro.

Iniciamos el recorrido en la Casa de las Conchas, de entrada gratuita.

Seguimos por la Plaza Mayor, paseando por el mercado (donde compramos cecina para llevarnos). El edificio estaba en obras, y los puestos estaban trasladados a unos locales vecinos. Continuamos por San Pablo hasta entrar en el claustro de la Diputación Provincial de Salamanca.La Torre del Clavero

La Estatua de Colón en la Plaza de Colón

Continuamos por la Calle San Pablo hasta llegar al Convento de San Esteban. La entrada cuesta unos 3€. Este convento de los dominicos fue el lugar donde Cristóbal Colón defendió ante los geógrafos la viabilidad de su expedición a Las Indias marchando por Occidente. También es dónde los dominicos discutían sobre los derechos humanos y el alma: tratar a los indígenas como los seres humanos que son en lugar de como simples esclavos como fueron tratados. Huéspedes célebres fueron Santa Teresa de Jesús y San Ignacio de Loyola.

Cigüeñas en casi todos los campanarios…

Al lado queda el Convento de las Dueñas, cuya entrada es de 2€. Lo descartamos para visitarlo más tarde y fue una pena no entrar. En su interior alberga uno de los claustros más bonitos que he podido ver en fotos. Lo particular es la forma pentagonal de la planta. Quedará pendiente para futuras visitas.

Seguimos hacia el río y llegamos a ver la fachada de la Casa Lis: Museo de Art Déco y Art Nouveau. La entrada es de 4€, gratuita los jueves de 11 a 14h.

En el río lo que más me gustó fue el puente romano, desde dónde se pueden hacer bonitas panorámicas de la catedral.

De ahí marchamos a la Catedral de Salamanca (la nueva y la vieja). La entrada cuesta 4,75€, pero es gratuita los martes de 10 a 12h. Pero nosotros lo que hicimos fue subir a la Torre (la entrada es de 3,75€, gratuita los martes de 10 a 12h). Como tengo vértigo no hice la última parte del tramo de la escalera de caracol, aún así vale la pena la visita.

Como marca la tradición en la fachada nos pusimos a buscar el astronauta (que no veréis en fotos por mi parte, ya que tenéis que ser vosotros quiénes lo encontréis cuando vayáis).

Siguiendo la tradición marchamos a la Calle Libreros, para buscar la rana y la calavera en la fachada de la Universidad. Si queréis entrar a ver la Universidad la entrada es de 10€.

Al lado está también el Patio de Escuelas Menores, dónde poder ver la bóveda del Cielo de Salamanca, de entrada gratuita (no se pueden hacer fotos en el interior).

Seguimos nuestro camino hasta el Museo de Salamanca (Bellas Artes). Entrada 1€, sábados y domingos gratuita.

Decidimos dejar la Clerecía para más tarde (entrada 3€ o Scala Coeli, las torres, 3,75€) e irnos a por una merecida caña antes de comer.

Comimos en casa de nuestros amigos y continuamos visitando la ciudad por la tarde. Fuimos al Campo de San Francisco, paseando entre las calles Úrsulas, Compañía, Prado, etc.

Visitamos el Huerto de Calisto y Melibea. Tiene este nombre por ser el escenario de la Tragicomedia de Calisto y Melibea de Fernando de Rojas. Está abierto de 10 a 20h, de entrada gratuita y tiene unas vistas especiales.

Al lado también se encuentra la Cueva de Salamanca, de entrada gratuita. Se le llama así a los restos de una cripta de lo que fue la Iglesia de San Cebrián, dónde se cuenta que impartía clase el Diablo. De ahí viene la leyenda que cuenta Cervantes. Al lado queda la Torre del Marqués de Villena.

Como estábamos rendidas (es lo que tiene cruzar la treintena y haber pateado la ciudad de arriba a abajo) nos fuimos a casa. Nos queda pendiente para futuras visitas la Casa Lis, el Museo de Historia del Automóvil, la Casa de Unamuno, La Clerecía y el Convento de las Dueñas.

El domingo amaneció caluroso y cogimos el coche en dirección a la Sierra de Francia.

paisaje

Nuestra primera parada fue San Martín del Castañar.

Un municipio de unos 250 habitantes, con castillo (que acoge el cementerio del pueblo y un centro de interpretación) y una iglesia.

Aquí compramos hornazo y peronillas, ya que la panadería estaba abierta.

Las casas son de la arquitectura típica: fachadas con entramados de madera, piedra y bellos balcones.

Comimos en el restaurante Mesón de San Martín

carne carrillera postre

Hicimos una parada en un merendero que hay del Río Francia:De allí nos fuimos a Mogarraz, otro municipio de la Mancomunidad Sierra de Francia, 320 habitantes y muchos retratos.

Fue una judería convertida al cristianismo  y declarada Conjunto Histórico Artístico.

Cuando paseas por sus calles de piedra, ni sus fuentes, ni sus pequeñas tiendas de delicatessen o de artesanía , ni sus fachadas, ni sus colores ni la disposición; lo que te sorprende son los retratos de Florencio Maillo de sus vecinos de 1967. Los vecinos tuvieron que hacerse fotos de carnet para su DNI en aquel entonces, y el pintor durante 4 años pintó los rostros de esos 388 vecinos.

Aunque quizás es más famoso el municipio de La Alberca. Mis amigos veían con disgusto por la masificación del turismo y la pérdida de identidad de la población, ante tantas tiendas de recuerdos y artesanía. Pero hay que admitir que es un pueblo muy bonito. Aproveché aquí para comprar cerezas.

La región es reconocida por mitos y leyendas, al ser nombrada por Miguel de Cervantes en El Quijote y por Lope de Vega. 

Son más de 1.100 habitantes y una Iglesia Parroquial dedicada a Nuestra Señora de la Asunción. En la Edad Media encontraron una Virgen Negra, incorporando de esta forma su santuario al Camino de Santiago, en la ruta desde el sur.

Por la noche regresamos a Salamanca para cenar por el Barrio del Oeste. Es un auténtico oasis de vida urbana.

Las calles tienen auténticos murales que son obras de arte.

Hay mucha gente joven y puedes degustar unos ricos vinos (o cervezas en el local) La Salchichería, por ejemplo.

Y llega el lunes, y tenemos que coger el tren. Pero nos da tiempo a dar un pequeño paseo por el Tormes para despedirnos de esta bella ciudad.

Volveremos pronto. Gracias Bea y Dimitri por vuestra música, vuestra calidez, sois los mejores anfitriones. Gracias Nur, eres la mejor compañera de viaje.

4 comentarios sobre “Escapada a Salamanca

  1. Ché, molt bé. Viajanta.

    Por cierto, la primera cerveza por la izquierda, la Grimmberger, o algo así, deja a la Gordons a la altura del betún. Menudos pelotazos de caramelo acervezado….

    1. Vente a Suizaaaaaa a vernos ya, y te hacemos una cata de cervezas!!! Nos puedes pagar en pasteles, cocas bobas, galletas, y bombones rellenos de caramelo!!

  2. ¿Y no hablas de las raquetas salmantinas??? :O A lo mejor es que no las has probado. Bueno, yo no las he probado y desde que ví en uno de los blogs que sigo una receta, no dejo de pensar en las dichosas raquetas… xD Estoy por intentar convencer a mi amiga de Salamanca, para que me ls envíe. Claro que ella vive ahora en UK, y le va a pillar un poco a desmano, jajaja.
    ¡Qué bonita es Salamanca, leñe!. Mira que nos gustó a Luy y a mí cuando estuvimos allí hace unos años. Pero nosotros fuimos a visitar a nuestros amigos, así que de turismeo poco… 😉

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