Locales que cierran…

…y te dejan el corazoncito echo polvo.

Uf, esta mañana he entrado en Facebook y he visto que uno de mis locales favoritos va a cerrar. Sí, que sólo os he hablado de él en unas pocas ocasiones, aunque estaba por ser incluido en mi tercera entrada sobre mis locales favoritos (que ahora se queda huérfana). Como dicen mis amigas, era mi centro de operaciones. Y es que va a cerrar el Acapulco, uno de esos locales que conocí en 2008, cuando llegué a esta ciudad, y prácticamente visitaba al menos dos o tres veces al mes (o incluso más). Cuando digo que era mi centro de operaciones, no penséis en bobadas de que fuera el lugar al que llevo mis citas de Tinder, nada más alejado de la realidad. Vayamos por partes.

Según su página de Facebook, quieren despedirse a lo grande. Planean hacer el último domingo de karaoke el 28 de enero, y el último fin de semana del 1 al 3 de febrero con una fiesta a lo grande.

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En su evento dicen lo siguiente: «Una era llega a su fin. El fin de semana del 1 al 3 de febrero celebramos nuestra última vez en el Acapulco Bar. Después de 18 años es la clausura. El local tendrá una renovación, un nuevo concepto y un nuevo nombre. Se inaugurará en marzo.
Queremos despedirnos como es debido. Eso lo haremos junto al último domingo de karaoke el 28 de enero, también con el primer fin de semana de febrero.

Venid y bebed por última vez en el Acapulco Bar. Del 1 al 3 de febrero. Estarán junto a la plantilla actual, muchas caras conocidas de tiempos pasado detrás de la barra y se alegrarán de brindar contigo. Por los buenos tiempos y por lo bueno que vaya a venir

Jueves 1 de febrero de 17 a 2h.
Viernes 2 de febrero de 16 a 3h.
Sábado 3 de febrero de 17 a 3h.

Y en fin, lo conocí en 2008, y la primera vez que fui, me llevaron Sandra y Pasquale. Allí probé las Gazosas (gaseosas del Ticino con sabor a mandarina, limón o frutos del bosque) y el Chinotto. Desde entonces, me enganchó el local. Era uno de los pocos que de martes a viernes ofrecía algo de picoteo con la bebida (no lo puse, porque ya sin hacer publi de ello en mi blog, la comida gratis se agotaba a las 19h, y ya no la ponían desde hace un añito). Todos mis grupos de amistades nos hemos tomado allí las cervecitas después del curro, he estado en cumpleaños, en fiestas de rockabilly, en noches de cocktails, en la terraza, o en uno de sus lounges, o en los taburetes altos, o probando los chupitos que nos preparaba Noelia.

Y es que no es el único local que ha cerrado, para convertirse algo nuevo, totalmente desvirtuado, o en desaparecer.

Antes había en la Langstrasse un bar llamado Langstars, que tenía conciertos gratuitos de miércoles a domingo. Además de eso era un hostal de backpackers y era una oportunidad increíble para conocer a gente nueva, practicar idiomas, bailar, etc. Pero cerró y ahora es un local todo lo contrario a acogedor, y sin ninguna cultura que ofrecer (Samsara).

También hubo un precioso bar de inspiración mexicana, con cervezas Pacífico, con música en directo los martes y los jueves, y una terraza con encanto, llamado La Catrina. Pero también cerró, y ahora es el local desde dónde emiten la radio GDS. El bar se llama Sender, y bueno, la música que emiten y que puedes escuchar allí es house, r&b, techno, chillout. La emisora de radio no está mal, porque como ellos se definen, van contracorriente, contra lo comercial.Y ya hay varios bares que emiten su canal (Bar Rossi, Café Noir, Cabaret Voltaire, Barfuessbar…)

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Bueno, admito que aquí me puede más la melancolía, que no le he dado una oportunidad a este local para que me guste.

También cerró el bar Stray-Cat, uno de esos bares viejunos de rock, con música en directo. Aguantó el tirón 30 años, que se dice pronto. Pero al gentrificación del barrio lo mató. Renovaron el edificio y tuvo que cerrar. Tiempo más tarde abrió otro local, totalmente distinto: música mucho más moderna, cocktails y una estética que es una delicia para los hipsters. Ahora se llama la Schickeria. Cuando voy aprieto mucho los puños y finjo que me indigna estar ahí, pero esa es la terrible ambivalencia a la que nos enfrentamos. En realidad el local no está nada mal, y su terracita es un oasis en la Lansgtrasse.

También cerró en bonito Dini Mueter, un café de tartas y ricos cafés, con una mesa gigante, como si fuera un salón. Cerró y abrió un restaurante de dumplings. Antes incluso de ser ese café hipster, era un bar de comida caribeña, dónde hacían unas riquísimas recetas con camarones.

También cerró Olé-Olé-Bar cuando una de sus dueñas (eran tres octogenarias y fantásticas dueñas) enfermó. El testigo lo tomaron tres mujeres jóvenes, que han puesto el local aún más de moda, pero ha perdido su esencia. Aunque haya a veces colas para entrar, no es lo mismo.

Como hoy esta noticia me ha dejado muy melancólica, os dejo una de mis canciones favoritas de todo los tiempos, en la que se habla de la nostalgia por tiempos mejores:

 

4 comentarios sobre “Locales que cierran…

  1. Ains… si es que es una pena que cierren los locales que le gustan a uno…. 😦 A nosotros nos cerró en octubre el Movie Restaurant en la Beatenplatz, tras casi 25 años en funcionamiento. :_(
    La de veces que nos ha solucionado un almuerzo o una cena el fin de semana y la de veces que hemos disfrutado los nachos allí (para mi gusto personal, los mejores que había en Zürich). Y esa decoración tan cinematográfica, tan mágica…. 😦
    Lo dicho…. una pena!

    1. Oh, el Movie Restaurant, y ya veremos qué hace la inmobiliaria en ese edificio tras la renovación… hagamos apuestas, ¿una cadena de ropa o de comida rápida?

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