El jueves de la Ascensión salimos a hacer una ruta corta de senderismo. Nos habíamos levantado muy tarde y todos los partes meteorológicos amenazaban con lluvias a partir de las 17h de la tarde. Nos decidimos por una ruta de 2 horas. Nos quedamos en el cantón de Zúrich, para no irnos muy lejos y aprovechar el solecito tímido que asomaba entre nubarrones. El ticket desde Zurich HB hasta Kollbrunn, ida y vuelta, cuesta:  28,40 CHF y con halbtax 14,20. Hay que cambiar en Winterthur.

En Kollbrunn cogimos la calle Bückliweg, pasando por una urbanización y ascendiendo. Siguiendo por la calle Haldenstrasse y girando en Terrasenweg. Por fin salimos de la civilización y allí nos adentramos en el bosque. La colina por la que fuimos paseando por su cresta (llena de raíces y un poco embarrada por las lluvias de la noche anterior) se llama Koppenholz.

El camino siempre está bien señalizado con flechas y rombos amarillos. Cuando descendimos, después de caminar unos 45 minutos, llegamos por fin a Tüfels Chilen.

Es una roca con pequeñas cascadas y musgo, resultado de la erosión del agua. Tiene ese nombre porque se dice que  esas formaciones rocosas son obras del diablo (Teufel). Hay escalinatas y arriba del todo hay una mesa con barbacoa,  bancos y papeleras.

A la vuelta, en lugar de regresar por la montaña, fuimos paseando por la pradera y se tarda menos.

Comimos en Kollbrunn en el restaurante Frohsinn: Rösti y ensalada, todo muy rico. Cuando subimos al tren, comenzó a llover. Nos libramos de hacer senderismo con los chubasqueros puestos.

Podéis saber más sobre Kollbrunn aquí.

Hay una ruta más larga: de Kollbrunn a Rämismühle.